Pirata por un día


El 10 de julio de 1986, 11 días después de la final del mundial contra Alemania, Diego Armando Maradona llegaba a la ciudad de Córdoba para jugar un amistoso con la camiseta de Belgrano contra Vélez. El partido terminó 1 a 1. Diego erró un penal. Hoy suena extraño que un jugador se ponga otra camiseta para jugar un amistoso. Este testimonio fue encontrado en el archivo de un medio de la Ciudad de Córdoba. Se desconoce el nombre del señor que opina. La voz del periodista no figura en la cinta. Al parecer el movilero salió a la calle a tomar declaraciones sobre la visita de Maradona a la ciudad y se encontró con un hincha indignado. Por lo que alcanzó a averiguar la producción de Lástima a nadie, maestro, el medio cordobés se habría negado a pasar al aire semejante declaración en contra del por entonces 10 de la selección argentina.


Mirá, ¿Qué querés que te diga? Si, yo lo vi jugar al pibe ese. Si, ya sé que viene de ganar un mundial. ¿Pero que querés que te diga? Vos me podés decir que a los ingleses los bailó y yo te puedo decir que la celeste le quedó grande. Si, lo que escuchaste, que la del pirata le pesó. Sisi, ya sé, ya me contaron que jugó en el Barcelona, en Boca y en no sé cuantos lugares más. Pero eso pasa en la radio. En la cancha que es dónde se miden los pingos... Si, te lo voy a decir ¡le pesó la camiseta! No me corrás con que estaba cansado; que hace poco volvió de México; que el cansancio por los festejos. Es puro chamuyo eso. El que es crac, es crac. No hay más vuelta que darle. Además, era un amistoso. No te estoy diciendo que después de dar la vuelta al mundo en ochenta días el tipo vino a jugar la final del nacional. Bue, ahora el Nacional no existe más. Pero vos me entendés lo mismo. El tipo vino a jugar un amistoso. ¡Un a mis to so! ¡Si hasta un penal tuvo! ¿Pero cómo no querés que me caliente? Si después uno prende la radio y se tiene que bancar a los tipos esos diciendo que es el mejor del mundo y que yo se cuantas boludeces más. Mejor de mis bolas va a ser. ¡Si tuvo un penal te estoy diciendo! ¿Qué se gambeteó a medio equipo inglés? ¿Y qué querés? Esos tipos son caballeros, con tal de no pegarle a un rival son capaces de cualquier cosa. No como acá que son todos burros. Imaginate que al tipo este le dicen el mejor del mundo. ¡Cómo será el resto!

Pero ¿Cómo te voy a estar embromando? En serio te hablo. No, yo no miro televisión nene. Los partidos se escuchan. Viven en la voz del relator. Y si, del Negro Brizuela ¿De quién sino? Si van a ser del uruguayo ese. Andáaaa. Ahora me vas a venir a decir que ese uruguayo relata. Ese vende pescado podrido, pibe. Hacele caso a un boludo. Vos tenés que escuchar a Brizuela y dejarte de joder con el aparato ese. Porque el fulbo, vive en la cancha. O vas a la cancha o lo vivis en la garganta del relator. El resto, es chamuyo pibe. Chamuyo como el tipo este. Si, ooootra vez con el tipo este. ¿Sabés qué pasa? Yo ya estoy hasta acá de que me engrupan. Cualquier caído del catre es el mejor jugador del mundo. Pero ojo, porteño siempre. Y si pibe, ¿o vos te pensas que Daniel Willington podía llegar a algo? Ese jugaba en serio. Y eso que era de los hijos. Pero esos eran jugadores nene. Y el tipo ¿Cómo que tipo? ¡Willington! Un 10 de aquellos, de los de antes. No como ahora que solo saben correr. Willington, se tuvo que ir a jugar a Velez. ¡A velez sarsfil! Escucha bien. Se tuvo que ir a Velez y sacarlo campeón para que le reconozcan algo. Y era un fenómeno que querés que te diga. A mí no me vengan con Bochini, a mi dame a Willington.

¡Chupete Guerini y Milonguita Heredia! ¿Cómo quienes son, pibe? Claro por eso ustedes ven a cualquier porteñito y se vuelven locos. ¡Si no saben nada de fulbo! Si te nombro a La Pepona y no sabés quien es seguro. Ah, claro a ese lo conocés porque todavía juega. Bue, juega es una manera de decir. ¡Si lo hubieras visto en el 71! Pero vos tenés que estudiar historia, pibe. El nacional 71, querido. ¡E, el nacional 71 hicimos más puntos que Boca y los mismos que River! No pasamos a semifinales por un punto, pero lo que jugaban esos muchachos. Esos no se achicaban, eh. No como este porteñito que trajeron a hacerse la estrella y no sabe ni patear un penal. Que sabrás vos de fulbo. El tito Cuellar, La Pepona, Milonguita Heredia, Cos. Mamá, qué nenes. Esos te pintaban la cara. Y después vino chupete. Chupete Guerini, que crac, un wing derecho de otro planeta. Los porteños jodían con el borracho ese de Houseman, pero Guerini le pasaba el trapo. Si hasta jugó en el Real Madrid. ¿Sabés qué pasa? Qué se tienen que ir a jugar a Buenos Aires para que les den bolilla. Porque sino ni pelota. Si estos porteños son de lo peor. Si no los ven ellos, entonces no sirven. Como el negrito este, como es porteño es un crac. Má que crac ni crac, es uno más. Uno del montón.

¿Y tuvo suerte sabé? Porque si juega del otro lado y lo agarra Villita, ya está, se acaba la mentira. Y qué querés, si también nosotros tuvimos que ir a buscar al porteño muerto de hambre ese de Jota Jota López porque no sacamos nada de abajo. Nada sacamos, ni de las inferiores ni de los clubes más chicos. Porque antes, no era que todos salían de las inferiores, algunos se venían de Villa María, de Rio Cuarto, de Alta Gracia. ¿Cómo por qué, insolente? Porque querían jugar en Alberdi nene, en el más grande de Córdoba. Claro, hoy a esos pibes se los llevan directo a Buenos Aires o a Rosario. Y nosotros nos tenemos que conformar con Jota Jota Lopez que ya es un ex jugador. Así están las cosas pibe. ¿Qué me van a venir a contar a mí? El mejor jugador del mundo, andá a freir churro.

Antes que mundo ni qué mundo. Antes había que demostrar, nadie iba a pensar en el mundo. Como mucho de Argentina o del campeonato ¿Pero el mundo? ‘jame jodé. A eso lo inventó la televisión. Antes que ibas a saber quién jugaba en España o en Italia. Se iban y listo, les perdías el rastro. Dicen que Di Stéfano era bueno pero, ¿Qué querés que te diga? Yo no lo vi. Salía en fotos en el gráfico nomás. El fulbo, el fulbo fulbo está adentro de la cancha. No en una pantallita. Y si no podés ir a la cancha, tenés que es escuchar al que te lo cuenta desde la cancha. Porque eso es el fulbo. Los gritos, la hinchada, el ruido del botín contra la pelota. Para que quiero ver el partido si todo lo demás no está. Por eso no miro televisión pibe, porque se pierda ese no se qué. Eso que lo hace hermoso al fulbo.

Pero escuchame ¿Todavía seguís con eso de que el peludo este es el mejor? ¿Sabés que nene? Puede ser que sea bueno. Es más, te concedo que sea el mejor. Pero te digo una cosa: la camiseta de Belgrano, le quedó grande.


Juan Stanisci

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