Querido lector, seguramente tardes más
en leer esto que escribo que lo que duró el partido del cual voy a escribir.
Este duelo se hizo famoso por una razón, una única acción que determinó que
esta disputa sea más llamativa y mediática de lo que es generalmente.
En el partido de vuelta (ya que la lucha
por el ascenso al Nacional B es Ida y vuelta), Riestra ganaba 2-0 en su cancha
y lideraba el global 2-1. Como es de esperarse, Comunicaciones no se quedó
atrás y empezó a atacar con toda su gente en el área del local. Una volada
espectacular, un pelotazo en el palo, una pelota que pasa cerca. El local
estaba sitiado en su propia área.
Faltando aproximadamente cinco minutos
para el cierre del partido, en el tiempo agregado, entran hinchas a la cancha y
empiezan a agredir a los jugadores del equipo rival. Invadieron y no dejaron
terminar el encuentro deportivo. Después nos enteraríamos que no todos eran
hinchas sino que en ese montón había uno de los jugadores que componen el
plantel del Blanquinegro. Todos repudiamos la acción.
Los periodistas deportivos esgrimían la
espada de la justicia, diciendo que a Riestra había que darle por perdido el
partido o cosas similares. Parecía que todos se olvidaron para quienes trabajan
y porque lo hacen de esa manera. Yo estoy en contra de los que hizo Riestra,
pero estos son los mismos que vitorearon a Simeone cuando en el partido de su
Atlético de Madrid frente al rival de la ciudad, empezó a tirar balones al
campo de juego para que pararan y no sufrir el contraataque del merengue.
El fútbol, una vez más, había perdido
contra la “picardía” de algún inadaptado y la embestida del mercado. Un canal
deportivo había puesto las condiciones en las que debía jugarse. Ahora, como en
la vida, si te enganchan, tenés que aceptar las consecuencias, eh.
Luego de una semana entre dichos y
desdichos, el tribunal de disciplina decidió que se jugarían los cincos minutos
en una cancha neutral (Defensores de Belgrano), que serían en dos tiempos (Uno
de tres y otro de dos minutos), que no habría hinchadas ni público de los
clubes y que al jugador que intervino para suspender el partido, se le darían
dos años de suspensión, más quita de puntos a Riestra y una multa económica.
Una sanción drástica, avalada por diversas facciones del fútbol argentino.
El día de la definición llegó. El lugar
colmado de periodistas, que ante la negativa del canal que compró los derechos,
no pudieron siquiera entrar al estadio.
Sólo Té y Cé tenía los derechos e hizo
valer que no pueda entrar ningún otro canal al estadio. El presidente del
dragón se quejó por esto en Estudio Fútbol (programa de Té y Cé). Los alcanza
pelotas eran de Riestra. No había nadie más en la cancha. Para mí, un partido
sin hinchada, es un partido sin alma.
Cuando salieron los equipos fue muy
llamativo ver a los de blanco y negro. Varios altos, la gran mayoría
defensores, para cerrar una pared frente al arco que debían resguardar. En la
semana, Maradona llamó al técnico Jorge Benitez para brindarle apoyo y decirle
que no los esperen, que salgan a jugar esos minutos. Claramente el dt no hizo
caso a los consejos del Diego.
Por su parte, el cartero salió a la
cancha con una motivación extra que era conseguir la hazaña. Vestidos con la
clásica camiseta amarilla y una cita de Bielsa “El juego fue creado para
superar al rival valiéndose de la belleza de los elementos que tiene el propio
juego, y no para sobrepasar su reglamento buscando sacar ventajas para superar
al rival”. Esta frase tendría un valor más notorio si sólo el buen juego
bastara para ganar, sin ninguna acción que condicione al rival; y si el loco
hubiese ganado algo digno después de dirigir a Newell's ¿Quién no puteó alguna
vez en la cancha para que el rival se sienta dolido y desafiado? O acaso ¿No
recordamos cuando Daniel Osvaldo le mostró el pastito a Desábato para hacerlo
calentar? El juego también es eso, señores.
El juego comenzó, Riestra le cedió el
balón a Comunicaciones y lo único que hicieron durante los tres minutos fue
tirar centros a la olla. Uno atenazado por el arquero, un cabezazo cerca del
palo, nada más. Luego de los ciento ochenta segundos, pitido y a cambiar de
lado. Saca el cartero, otra vez todos al área y centros, nada sucedió. El
encuentro más insólito de los últimos tiempos, un partido que definía el
ascenso a la segunda división del fútbol argentino, terminó en cero,
demostrando que el juego no bastó para demostrar todos los sentimientos que se
disputaban.
El saldo fue un equipo que ascendió con
veinte puntos negativos, una cancha suspendida, un jugador que no podrá
desempeñarse por dos años y una multa que al club que lo deja tecleando. Si te
agarran, pagás. La AFA actuó de oficio,
Riestra en un momento perdió todo un gran campeonato por un error
inescrupuloso en el último partido. Te agarraron
El partido se gana en la cancha. Ahí
estoy de acuerdo con Marcelo y el fútbol es un juego maravilloso donde su
belleza está en los elementos que tiene el propio juego.
Danilo
Zárate Pacheco
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